La muerte de Viriato, de José Madrazo (1781-1859), Museo del Prado, Madrid.
Dicen los fachas (a través de cobardes comentarios en los medios de comunicación), siempre tan jocosillos ellos y tan graciosos con los problemas y con el dolor ajenos, que dejemos al pueblo saharaui a su suerte, que no nos ocupemos más de ellos, que ya no es un problema nuestro, que dejó de serlo cuando la Marcha Verde y tal y cual; que sus padres (los de los fachas) hicieron la mili allí y los saharauis nos insultaban a los españoles y les decían que se fueran y que luego les pedían ayuda cuando fue tarde y que lo que les pasa es culpa suya y se les está bien empleado. Es decir, nos conminan a que les volvamos a traicionar y abandonar como hicieron ellos entonces y siguen haciendo ahora.
Me llevaría varios tomos de mil páginas cada uno rebatir como es debido semejantes y canallescas patrañas, cosa naturalmente absurda y que no pienso hacer, pero sí voy a decirles a estos despreciables ultraderechistas sin sentido del honor ni del patriotismo ni de la vergüenza ni de la dignidad que en eso coinciden con los felipesgonzalez de turno (entre otros mal llamados «socialistas») pero no con la inmensa mayoría de los altos mandos militares españoles que lo vivieron en primera persona y con perspectiva global, soldados de honor, que cumplieron a duras penas, abochornados y con rabia, las ordenes de retirada (huída vergonzosa de las huestes armadas de Hassan II camufladas de civiles en la Marcha Verde) y así lo han manifestado luego muchos abiertamente.
La ignominia, se vista como se vista al final queda al desnudo y en evidencia, pero entre tanto mancha, ensucia, miente y calumnia lo suyo. No hay peor tonto que el que se lo hace y no quiere comprender y traslada sus fechorías a otros, eso es inevitable y contra ello no se puede hacer nada. Pero se puede repetir hasta la saciedad la verdad irrefutable de los hechos para que quien quiera oír oiga, quien quiera ver vea, quien quiera saber sepa, quien quiera conocer conozca y quien quiera entender entienda.
Que el expansionista, extorsionador y antidemocrático régimen feudal marroquí mienta, reprima, torture, amenace y machaque brutalmente al pueblo saharaui, a su propio pueblo y lo intente con el pueblo español no es raro, es lo esperado. Lo que no parecería tan normal es que los xenófobos ultraderechistas españoles coincidan con ellos y, sin embargo, así es porque los miserables son los mismos en cualquier parte del mundo aunque se vistan de puros.
Sea como fuere, lo que deben tener muy claro ellos y los «moros que trajo Franco» es que nosotros no vamos a abandonar al pueblo saharaui por mucho que se empeñen y se emperejilen fachas, represores, asesinos y traidores. Y, desde luego, más le valiera a los supuestos españoles (se digan fachas, socialeches o peperos) recordar nuestra guerra de la Independencia contra Napoleón para sacar de ella el honor y la dignidad de la que carecen.
Javier Auserd.